El edificio, construido en la segunda mitad del siglo XII, pertenecía al conjunto del monasterio de San Pedro de Tejada, fundado en el año 850, que en 1011 será absorbido por el gran monasterio de San Salvador de Oña. La iglesia es el único resto conservado de todo el conjunto monástico.

En esta construcción, de pequeño tamaño, se aprecian algunas de las características del románico burgalés. Consta de una sola nave, ábside semicircular y, sobre la cúpula, una torre de piedra toba de dos cuerpos, con ocho ventanas con parteluz. Tanto la portada como las ventanas, capiteles, modillones y canecillos se encuentran muy decorados, con variados y representativos motivos escultóricos. La decoración del conjunto se completa con el característico ajedrezado.

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